Snowflame, 2016
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“A light box illuminates a collage based on the drug powered supervillain Snowflame of DC Comics. Behind it, there is a representation of a jungle turned into a graphic “splash”: “What was one day landscape and material is now chemical information and only represents a reminder of an economic system which speculated, exploded and failed, of which each of us is now the virtual administrator.” These apparently cryptic words are the artist’s veiled way of proposing a movement of ness, ever more doubtful, of a “war against drugs,” as is the imaginary construction of the “Nueva Grenada” in the comic strip referring to the colonial name of Colombia, “Nueva Granada” (New Granada), with an “e” instead of an “a” and its “harsh” jungles, depicted from the hegemonic point of view of the “Empire of Good.” The contrast provokes reflection about what have some called “Cognitive Capitalism,” which the artist prefers to place in the field of Politics of Affects and the contemporary mutations of desire. The latter becomes evident in one of the recurring lines of Snowflame ”cocaine is my god. I am the human who makes it the instrument of his desire.”
Camilo Vega
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“Una caja de luz ilumina un collage hecho a partir del villano Snowflame de la DC. Comics quien recibía sus poderes de la droga. Atrás la representación de una selva convertida en un splash gráfico: “Lo que un día fue paisaje y material hoy es convertido en información química y representa tan solo un recuerdo de un sistema económico que especuló, explotó y falló y del cual ahora cada uno de nosotros es el administrador virtual”. Bajo estas aparentemente crípticas palabras, la artista propone un movimiento de resignificación que, a un tiempo, pone en cuestión la efectividad de la, cada vez más inútil, “guerra contra las drogas”, así como la construcción imaginaria de la “Nueva Grenada” (sic. en la viñeta seleccionada para la pieza) y sus “inhóspitas” junglas elaborada desde la visión hegemónica del “Imperio del bien”, todo esto en medio de la reflexión alrededor de lo que algunos han dado en llamar “Capitalismo cognitivo” y que la artista prefiere localizar en el terreno de la “Política de los afectos” y las mutaciones contemporáneas del deseo.”
Camilo Vega
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