Dinasty
The representations of the tropics or territitories defined by global imaginaries such as exotic, are a common theme in Ana Maria Millan’s work, who uses as reference audiovisual and cinematographic discourses that belong to mass culture to comment and different scenarios of colonialization and also to revert those uses of otherness made by hegemonic cultures.
Inside fictions of mass consumerism such as cinema, it is common to depict tropical landscape inspired on notions that have been received from colonial times and that have straight connectiosn with christian mithology. The tropical, the jungle, the uncknown and in this series more preciselly we see how the new territories were identified with the notion of hell received from the jew christian tradi- tion.The heat, the noises, the diversity and monstruocity of species bring a perverse attention to a world where traditional and civilized laws do not apply. A space where otherness rules and there is an anarchy difficult to understand for eurocentric cultures.
Western history has created a savage tropic in which the white civilian has perished in its constant and anxious intent to reorganize it following is cultural parameters. Following the above, Millán proposes a model that destabilizes the logics of systems of representation of the tropical landscape, specifically pointing out two german film productions done in Colombia.
Using the same strategy as James Bond that manages to liberate the water in Cochabamba, Bolivia in the movie Quantum of Solace, the german director Werner Herzog has referred to the conquest of the natural resources of the continent and has used landscape as a metaphor for the material and spiritual realization of the self.
Territories without law and order ( also known as no man’s land) are open for explotation, either from a material point of view or on a representational level; this inevitably brings us to the comercialization of landscape and its comodification as part of the folcklore where the appropiation of the primitive, of the indigenous is a form of power aswell as a way of purging historical guilt.
Beatriz López, Artistic director, Instituto de Visión
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Dinastía
Las representaciones del trópico o los territorios definidos por el imaginario global como exóticos, es un tema recurrente en la práctica de Ana María Millán, quien referencia discursos audiovisuales pertenecientes a la cultura de masas para apuntar hacia diferentes escenarios de la colonización, o para revertir el uso de esta información.
Dentro de las ficciones de consumo masivo tales como el cine, es habitual dibujar el paisaje tropical a partir de nociones que provienen desde la colonia y tienen relación directa con la mitología cristiana. El trópico, lo selvático, lo desconocido y en este caso, los nuevos territorios se identificaron con facilidad con la representación del infierno de la tradición judeo cristiana. El calor, el ruido y la multitud de especies naturales despiertan atracción perversa en la medida que proponen un espacio en el que las leyes del mundo civilizado no operan y en el que es posible el encuentro con lo otro. Un espacio de anarquía imposible dentro de las estructuras civilizadas.
El pensamiento occidental ha creado un trópico salvaje en el que el hombre blanco ha perecido en el afán de re organizarlo para que funcione de acuerdo a los parámetros de su cultura. De esta manera, Ana María propone un modelo que desestabiliza la lógica de los sistemas de representación del paisaje tropical, específicamente el colombiano en dos producciones alemanas.
Usando la misma estrategia de James Bond, que se encarga de la liberación del agua en Cochabamba Bolivia en la película Quantum of Solace, el alemán Werner Herzog se ha referido a la conquista de los recursos naturales y ha usado el paisaje mismo como dispositivo de autorrealización material y espiritual.
Tales territorios sin Dios ni ley (también reconocidos como tierras de nadie) son propicios para ser explotados, primero materialmente, después a nivel de representación visual, para conducir a la comercialización del paisaje, que finalmente lleva a la comodificación del folklor además de la apropiación de lo primitivo, de lo indígena; como una forma de poder y a la vez de exhumación de culpas históricas.
Beatriz López, Directora Artística, Instituto de Visión
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